Su esposa, Doña Luisa Martel de los Ríos, viuda ya de Garcilaso de la Vega (padre, con una princesa cuzqueña de Garcilaso el Inca), quedó con muchos hijos y en mala situación. Una de sus hijas mujeres, doña Petronila de la Cerda, fue casada con el encomendero Pedro González de Villarroel, hijo de Diego, el fundador de Tucumán; María Maldonado de Torres (o de la Cerda, que usó ambas formas) hija de éstos, fue esposa, a su vez de Leandro Alejo Ponce de León, que había sido paje del duque de Arcos y que venía de esta gran estirpe del sur andaluz. Era, en efecto, tataranieto de Enrique Ponce de León, llamado eventualmente a la sucesión en Arcos, lo que no se concretó pero su padre era Il conde de ese Estado (2).
Josefa Ponce de León, nieta de ese matrimonio (hija del maestre de campo José Ponce de León); fue mujer del capitán de milicia, Agustín Ramallo y madre de María del Carmen, esposa de Prigotto, abuela del tatarabuelo de Evita.