Julian Ramon Saume Barrios

• General Notes
  • En  Guanape y  Valle de Guanape se estilaron, con bandolín y con violines. "No hubo romance que no se estimulara con una melodía al pie de los ventanales de entonces" habría de dejar escrito  Jesús Saume Barrios, en su libro "Silleta de Cuero".
    
    La excepción de todas las reglas, según Saume Barrios, no fue otro que su  propio hermano, Juliancito. Primero, porque fue un serenatero con vitrola. Acompañado por  Tito López,  Medardo Ytriago, Pablo López, Juliancito montaba su vitrola en una carretilla y se iban de serenata, sin más música que la de aquel extraño aparato.
    
    Desde luego que aquello tenía muy serios inconvenientes. Primero, porque había que escoger el disco, alumbrándose con una linterna y luego porque la carretilla no podía tener ningún tipo de inclinación, para que la aguja no resbalara. Eso significa que debían cargar, a mano, un nivel de ésos que usan comúnmente los albañiles. Con esa vitrola de Julián Saume Barrios, las muchachas de Guanape oyeron, por vez primera, a Pedro Vargas y a Lupita Palomera, supieron de la existencia de la orquesta Lecuona Cubans Boy's y de las primeras canciones  de Daniel Santos.  Después de nivelar muy bien su vitrola, con trozos de palo y con piedras,  Juliancito le daba cuerda con una manilla y el aparato comenzaba a sonar con su único parlante, una especie de trombón que tenía  pintado un perrito y las letra RCA Victor. En cierta oportunidad, le llevó una serenata a su novia, Violante Martínez, y luego de hacer escuchar más de veinte discos, quien se asomó a la ventana fue el padre de ella, Roberto Domínguez, para decirles de lo más simpático:
    -Muchas gracias, Juliancito. Es una lástima que haya tenido que disfrutar de esas canciones yo solo, porque toda la familia se fue esta tarde para la finca.
    
    Cuando el fonógrafo eléctrico sustituyó a la vitrola, Juliancito Saume Barrios fue a Caracas y se compró, adicionalmente, una pequeña planta eléctrica. En esos tiempos fue la primera planta eléctrica que llegó a Guanape y tenía capacidad notable:  Podía generar corriente hasta para quince bombillos.
    
    No era Julián Saume hombre que se apocara ante los obstáculos.  Con su primo Tito López, montó en una carreta la planta eléctrica, los cables, los bombillos y se fueron a darle una serenata a María Teresa, una muchacha de  Guaribe Tenepe.  La llegada de aquel extraño cargamento intrigó a todo el pueblo. Nadie conocía lo que era una planta eléctrica y mucho menos, un fonógrafo. Laboriosamente, tendieron cables, colocaron en una mesa el tocadiscos, prendieron la planta y se hizo la luz, pero aparentemente el ciclaje del aparato se dañó con el vaivén del viaje y los discos sonaban muy rápidamente, a más revoluciones que la deseada, por lo que el padre de la muchacha,Neptalí Méndez,  les hizo muy caballerosamente esta observación:
    -Juliancito, mi familia y particularmente yo, estamos muy agradecidos por su gentileza y la de Tito, pero la música suena tan rápido que da la impresión de que se quieren regresar de una vez para Guanape.
    
    -No es así, Don Neptalí, no queremos regresar así tan pronto. Aquí el único que está  apurado es el tocadiscos  y como está tocando tan rápido,  nosotros aprovechamos para bailar apuradito con las muchachas.
    
    (Esa noche en Guaribe estuvieron bailando bolero, a ritmo de alegre joropo).