Los modales parisinos de la Lynch marcaron una tendencia en la capital paraguaya y rápidamente ella se hizo de enemigos asimismo como de amigos. Madame Lynch le dio a Solano López cinco hijos. Se transformó en la hacendada más importante del país cuando Solano López le transfirió buenas partes del Paraguay y porciones de Brasil a su nombre durante la guerra pero no retuvo nada cuando la guerra terminó. Madame Lynch misma con abundantes lágrimas y desconsuelo infinito enterró a Solano López con sus propias manos después de la última batalla en 1870 y murió en la más espantosa miseria algunos años después en Europa.